Etna Patricia Galindo Vega: Mi eterna bebé siempre en mi, siempre conmigo

5 Jun

Etna Patricia Galindo Vega: Mi eterna bebé siempre en mi, siempre conmigo

Nuestra amiga Etna desde Mexico, quiere compartir esta carta con nosotros.

Mi nombre es Etna, yo vivo en México y como ya lo he comentado he buscado ayuda, he buscado un poco de consuelo, he intentado salir adelante a pesar del dolor,

del terrible dolor de saber que mi hermosa princesa no podrá ser mecida por mis brazos, que no podré besar sus manitas, que no podré jamás conocer ni siquiera sus ojitos, ella que fué un hermoso regalo de Dios y que duró tan poco y a la vez se ha vuelto eterno, sin tiempo.
Cuando me enteré de mi embarazo me tomó por sorpresa, sentí miedo pero me decidí a hacer lo mejor para que pudiera nacer mi hija sin ninguna complicación, sin embargo a las 35 semanas de embarazo en una consulta de rutina se dieron cuenta de que el corazón de mi Vanessa ya no latía y desde ese día que ha quedado marcado en mi mente como el más triste, el peor día de mi vida, ese 14 de abril de 2009 hasta hoy he ido de un lugar a otro buscando respuestas, buscando consuelo a este dolor que no se quita que no desaparece, que hiere y desgarra muy profundamente, si la muerte de un hijo es un acontecimiento por demás doloroso e insoportable, creo que en mi caso lo que más duele es todo lo que no hice, esa promesa rota de cuidarla, de amarla y de defenderla con mi vida, es ni siquiera haber tenido la oportunidad de conocerla, de tenerla en mis brazos, de besarla, uff de todo eso que nunca más podrá ser.

He aprendido muchas cosas, mi maestra ha sido ella Vanessa tan chiquita y tan fugaz me dejó lecciones de amor, que no han sido fáciles y sé que a pesar de todo sigo en el proceso de aprender, hoy tengo que aprender a vivir con esta tristeza, tengo que volver a reconstruir mis sueños a partir de lo que ha quedado tengo que volver a juntar los pedazos de mi alma que a pesar de todo sé que ya no estará jamás completa, ella se ha llevado una parte. Los que tenemos otros hijos (en mi caso tengo una niña de 7 años) tenemos que aprender a volver a ser funcionales lo más rápido posible por el bien de ellos, de los que quedan, Abril ha sido también mi tabla de salvación, mi impulso para salir adelante, para levantarme cada día para volver a reír, para volver a soñar, para volver a bailar y jugar aunque si miras más profundamente puedes ver que esas risas son incompletas, una parte de mi no deja de llorar su partida.

Sé que nunca volveré a ser la misma que fuí antes de ese 14 de abril he perdido mi sentimiento de inmortalidad, de omnipotencia, hoy sé que la muerte nos llega a todos, no somos inmortales, y no importa tu edad, tu condición ni cuantas cosas tengas aún por hacer, la muerte puede llegar en cualquier momento para mi, para mi amado esposo que tanto se preocupa por mi e inclusive para Abril así que mi determinación es el vivir la vida por el tiempo que tenga que hacerlo, disfrutar de su compañía y decirles todos los días cuanto los amo, llenarlos de besos y procurar ser una mejor persona para mi y para ellos.

Sigo llorando su partida, talvez lo haga por siempre pero no me permito llenarme de desesperanza, de desconsuelo, talvez ella vino a enseñarme a cuidarme un poco más a darme cuenta de que estaba haciendo un par de cosas mal, nos ha dejado solos a nosotros tres y sin embargo nos dejó acompañados de nosotros mismos, ha hecho que el amor como familia creciera como 20 veces aún sabiendo que ella nos hace falta, a mi esposo y a mi nos ha unido mucho más de lo que nos imaginamos, el dolor nos ha hecho afianzar más ese lazo de amor pero también nos ha quitado esa idea romántica de que «sin ti no podría seguir viviendo» ahora sabemos que se puede vivir, que la muerte de un ser querido no es limitante de nuestra propia vida, talvez al contrario, es una oportunidad de aprender a vivir.

Pero nuevamente quiero compartir una carta que encontré en algún lugar de internet y que ha sido de gran ayuda para mi y que talvez a quien vive este terrible dolor le puede ayudar también

“Mamita te escribo para decirte que estoy bien, plena, me saqué el disfraz de persona, ahora soy Luz, como un pequeño solecito. No necesito cuerpo para sentirte, veo desde mi corazón; ya no me hacen falta las palabras, ahora veo el inmenso amor que hay en ti y en todos los seres. Estoy fuera del tiempo, no mido si mi tiempo contigo fue corto o largo, para mí fue precioso, mi paso por la vida fue tal como debió ser, vine a aprender y a hacer aprender a los demás. Y tú Mamá ¿qué has aprendido después de todo esto? Cuando me fui todo te pareció oscuro, pero yo me encargué que mi amor fuera la Luz que iluminara tu corazón para siempre. Ahora vas a comenzar a ver que eres muy fuerte, pues tienes mucho que aportar allá en tu vida; hay almas que te aman y te necesitan, tú estás llena de amor para dar. El mejor regalo para mí es que no te escondas y “desperdicies” tu vida, llorando, lamentándote porque yo no estoy. Yo no quiero volver, estoy llena de paz. Yo no necesito que te vistas de oscuro, ni que andes triste. Y si lo estás, es que sólo piensas en “tu pena” o “en tu dolor”, pues acá donde estoy solo existe alegría y amor. Cada mañana piensa: “El mundo me necesita, voy a dar testimonio HOY del amor que siento por mi hija, seré valiente y trataré de seguir adelante dando toda la Luz que pueda”.
Tu vida tiene un sentido, tu dolor enorme sé que se va a transformar lentamente en un verdadero milagro. La oruga no nació para ser oruga y quedarse llorando el dolor escondido en un capullo, la oruga se entrega al amor de cuerpo y alma , y ese DIOS que es todo amor, hace que ese ser que se arrastraba pesado y cabizbajo pueda volar liviano y descubrir la belleza de la vida. Sé que no existirá un día en que yo no te haga falta, que me recordarás a cada rato, que las fechas te van a costar. Pero yo te quiero VIVA ¡Respira, siente, conversa, entrega amor, ríete, vuelve a ser niña! Que mi partida no te llene la vida y te transformes en una sombra de lo que fuiste cuando estábamos juntas. Tú estás en el Mundo, tienes una misión que cumplir y nunca lo olvides eres única e irrepetible.
Si tienes pena siéntela, pero cuando se te acaben las lágrimas y estés más tranquila escribe los pasos que te trazarás para salir adelante, así yo me quedo más tranquila. Cerca de ti pondré personas que te puedan ayudar, pero manifiesta la intención “YO QUIERO SANARME” y da pequeños pasitos siempre avanzando. Yo no quiero un círculo de muerte – pena – culpa – rabia, para ti, eso sería como vivir un infierno y yo TE AMO y mi amor significa que quiero que vuelvas a encontrar sentido, belleza, e incluso alegría en tu vida. Yo estuve en tu vientre, conozco todas tus intenciones, sentimientos, veo las emociones que expresas, las que guardas, todo lo veo y te veo a ti tan plena, como cuando estábamos juntas. Yo sigo junto a ti, soy energía pura, amor, estoy en una dimensión diferente, morí a un cuerpo pero existo, sé que me sientes aunque no me puedas ver. Ese lazo es eterno, estaré ahí cada vez que me recuerdes, siempre seré tu hija amada.
Mamá: Prométeme que por el inmenso amor que tú sientes serás buena contigo y te darás una oportunidad. Yo necesito que saques lo positivo de todo esto, que le encuentres un sentido, que te permitas volver a ponerte en movimiento, hay mucha gente que te necesita, la VIDA te necesita.
No busques más respuestas, no le des más vueltas, descansa un poquito. ¿Por qué no hablar de mi vida en vez de mi muerte? ¿Por qué no entregarte y volver a confiar en el amor en vez de seguirte resistiendo a creer? Mira a mis hermanos, ellos también se merecen una oportunidad para amar, para vivir. A ti te duele esto, a ellos también y a millones de seres humanos les duele el alma, porque el dolor es la mejor escuela, la que cala más hondo y TRANSFORMA. De ti depende estar cada día más luminosa o querer simplemente “sobrevivir”.
No evadas este mensaje; todos los días, meses, años, avanza; no hagas que me sienta culpable por mi partida, yo no la busqué, era mi minuto, piensa en mí, estoy plena, en la Tierra jamás podría haber experimentado algo semejante; piensa en ti y en todo ese amor gigantesco que diriges hacia mí. ¿Qué pasaría si cambias el foco y comienzas a compartir ese amor?
Ilumina a los demás, llénalos de amor, abraza, besa, comparte y ríe tal como lo harías conmigo; sólo viviendo me traerás a tu vida como el ser pleno, alegre, radiante y lleno de paz que ahora soy.
Te mando todo mi amor para siempre.
Tu hija.

Por el momento me tengo que ir por que aún queda mucho que decir y que hacer.

Etna Patricia Galindo Vega
etnapatriciagalindo@hotmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *