Juan José Infante Pérez: En pie con el puño alzado

Juan José Infante Pérez
23 de diciembre 2008
RECOMENDADO

No se trata de un desafío a la vida, si no de alcanzar su reto. No se trata de devolver el golpe, si no de cómo los devuelves.
Otra vez han llegado, otra vez, la nochebuena, fin de año, y sin embargo, ahora sí sabemos el sentido de la vida, estamos dentro, y a la vez fuera de todo esto.
Somos el nexo de unión entre lo real y lo pactado, nadar y guardar la ropa, estamos en todo, pero siempre a medias, porque nos falta alguien.
Sólo los que afrontan esto por primera vez, después de su partida, están justificados y serán comprendidos por su ausencia en la celebración, y para ellos será insoportable.
En cambio, los que repiten, tienen que convertirse en fantasmas, deben estar, pero no estarán íntegramente, y lo que es peor, posiblemente no conseguirán estar íntegramente, prácticamente en nada.
Es aquí donde hay que alzarse, levantar el puño, y golpear nosotros a la vida.
Limpia el polvo de la paja, y lo descubrirás, somos nosotros los que tenemos el poder, pero para ello debes ver clara la realidad.
No podemos convertir el viaje de la vida, en el deambular sin rumbo sobre ella. Observa a tu alrededor, los que no sufrieron este dolor, viven una realidad ingenua, y no aprovechan verdaderamente esta oportunidad, su escala de valores está alterada, en la misma medida que yo también la tenía.
Ahora no necesitas tantas cosas como antes, para ser feliz, con mucho menos, eres capaz de lograrlo, porque ahora sabes lo que de verdad importa.

La realidad, es esta, mañana quizás no pueda volver a escribir, porque puedo haber perdido los recursos físicos y haber saltado al otro lado.

*Vive tus días, como si fueran los últimos.
La realidad es esta, nunca jamás controlaste tu vida, siempre fue al revés.

*No pierdas fuerza en intentar cambiarlo, afronta la vida tal y como te llega, busca soluciones si las hay, y pierde el miedo a vivir, acéptalo y habrás superado la mayor de las barreras,
La realidad es esta, las necesidades de la vida y de tu cuerpo, te obligan a seguir dentro de la expresión “la vida sigue”.

*Es un puro trámite, “para comerte un plato necesitas los cubiertos, pero solo su contenido calma el hambre” Todo lo que te rodea es una gran oportunidad de crecer, caminar y vivir plenamente, cumple con el trámite y vive.
La realidad es esta, sientes que con su partida no puedes volver a vivir como antes.

*Es la verdad, con ellos todos partimos, nunca volverás a ser la misma persona. Es la nueva persona que emerge, la verdadera, con su escala de valores bien estructurada, esta es la buena persona, la mejor persona. Buena para ti, y sobre todo para los tuyos, porque ahora sabes el verdadero sentido de la vida. Acéptalo cuanto antes.

No podemos incurrir otra vez en el mismo error, la vida sigue, pero no como antes, ahora eres la persona auténtica, libre de perjuicios, sin miedo a la muerte y aislada de los sentidos. Ahora tu perspectiva es la correcta, estás en la mejor posición en el punto de partida, tras su marcha. En definitiva ahora tienes el poder de saber vivir.

Para ello, tenemos que salvar el vivir a medias, no es necesario que justifiques que no olvidaste el amor por el que partió, porque tú lo sabes. Si vives íntegramente, todos los tuyos se beneficiarán de ello, y al mismo tiempo, tomarán tus enseñanzas como suyas, y transmitirás ese poder de saber vivir.

Disfruta las fiestas, olvidándote de la razón que causó su origen, es una buena oportunidad en el año, para buscar el amor y darlo, y mientras tanto, el tiempo pasa, y nos acerca a ellos. Y la realidad ya la sabéis, mañana mismo ……..podemos dar el salto.
Viviendo así, no puede nunca sorprendente tu propia marcha, porque no dejarás nada a medias, todo estará bien atado, todos los que queden aquí, habrán aprovechado su tiempo contigo, y la carga de amor que llevarás en ese momento, te permitirá marcharte henchido de paz.

Este año, posiblemente tengamos que afrontar una partida importante en la familia, no pienso malgastar su tiempo, voy a vivirlo al máximo, y ayudaré a todos a que entiendan esto, y a la persona en cuestión, quiero transmitirle el poder de saber vivir.
Ahora estoy en pie con el puño alzado.

Feliz Navidad y Próspero año nuevo.

Juan Jose Infante Pérez.
23 de Diciembre 2003