Mª José Gómez: A mi hija Isabel María

5 Jun

Mª José Gómez: A mi hija Isabel María

A mi hija Isabel María

Mª José Gómez, 27 de Mayo de 2008

Dos años, siete meses y diez días sin verte, sin oírte, ¿como pasa el tiempo?,a mí me parece que se ha quedado parado cuando pienso en ti,

¡ cuanto me duele tu ausencia¡, según me dicen, si voy a la Iglesia, estás en las marismas eternas, si escucho a otras personas, estás a mi lado aunque yo no te sienta, será verdad, pero lo realmente verdadero es que no te puedo tocar, ni escuchar tus risas ni tus buenos días mami.

Los acontecimientos familiares que están sucediendo ahora me tienen muy triste, aunque estoy aprendiendo a disimular.

Primero fue el nacimiento de Isabel, ese nombre es en tu honor, ¡ como te echamos de menos ¡ cuanto te hemos llorado, cada uno por su sitio sin querer hablar de ti.

En su bautizo cuando escuché al sacerdote, decir tu nombre –Isabel –me retrotraje a tu bautizo y te buscaba por todos los rincones de la Iglesia, ¡ Que pena no pudieras compartir ese momentos tan entrañables y bonitos con nosotros ¡ Al salir nos encontramos a tu amiga Reyes ¿ era esa tu señal ¿ pues todos nos quedamos atónitos al verla.

Ahora la primera comunión de Cristina, ella misma me pidió tu cruz para llevarla ese día, cada vez que la miraba pensaba “que cruel es la vida “, lo que tú habrías disfrutado con ella, pues para eso eras su madrina, una madrina joven para que le durara mucho tiempo, decía tu hermana Reyes. Lo celebramos en el Chalet, la única ofrenda que pudimos hacerte fueron esos treinta y tres globos blancos (los mismos años que tenias cuando te fuiste) que mandamos al cielo, para que tuvieras algo de nosotros en la tierra.

Lo próximo, la boda de tu hermano, “tu chiquitín de los bosques “, me he propuesto que voy a estar bien, espero que tú me ayudes, pues ellos al igual que yo, en cada reunión familiar te añoran tantos que no dejan ni un momento de preguntarme “ mamá tu como estas “, yo bien que voy a decir, afortunadamente no somos transparentes y no se ve mi corazón llorando y el nudo en el estomago, un poquito de pintura y hacia delante.

Te escribo porque quiero que me des fuerza para el día siete, si tu padre y tus hermanos me ven fuertes ellos también lo estarán, y es tan importante el día de su boda que quiero que tu hermano sea la persona mas feliz de la tierra, pues esa es la misión que me propuse cuando os parí.

Quiero creer todo lo que me dicen las personas de buena fe, que estas con nosotros, pero para el traje de la boda, no me has llamado diciéndome ¿mami cuando salimos?, Si es verdad lo que me dicen que estás en otra dimensión y nos ves, no te pongas triste por mis lágrimas, solo quiero, igual que cuando estabas con nosotros, que en el lugar donde estés tengas paz y me espere.

Tu madre.

SEVILLA, 27 de mayo 2008

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