Anónimo: A mi hijo Adrian

5 Jun

Anónimo: A mi hijo Adrian

Hola papi:

Hoy hace cinco años que me fui de vuestro lado, no porque yo lo decidiera, si no, porque todos tenemos un destino final que es la muerte y a unos nos llega antes que a otros.

 

Quiero deciros que estoy muy bien, me han acogido con mucho cariño, el Señor me tiene a su lado y me siento muy necesario, además estoy muy orgulloso de la misión que me ha encomendado como es ayudar y proteger a todos los seres queridos.

Me gustaría contarte como es mi cielo, digo mi cielo ya que hay mas, cada religión tiene su espacio de cielo, pero el mío es el más grande, el mejor, esto es un paraíso, no hace frío ni calor, ni viento ni lluvia, todo es inmenso, aquí todos somos iguales, nadie es mas que nadie, tenemos tiempo para todo, ya que no hay tiempo, ni horas, ni días, ni reloj… Yo sigo haciendo aquello que tanto me gusta, jugar al fútbol.

Sé que me echáis de menos, ya que desde aquí os veo cada segundo, cada momento. Yo también, pero no os preocupéis, porque siempre estaré en vuestros corazones y en vuestra memoria así como vosotros estáis en la mía. Sé todo lo que estáis sufriendo, mamá, mi Edu, los abuelos, los titos, los primos, mi Tere, los vecinos, los amigos, tú, bueno, todos los que me conocían. Quiero animaros y que penséis que aunque este mundo parezca muy injusto, por todo lo que ocurre en él y no llegamos a comprender, es el que nos ha tocado vivir y debemos mirar siempre hacia delante y pensar que la muerte no es el final, si no, una continuidad a la vida en que a partir de ese momento, el Señor nos acoge en su regazo para vivir una vida mejor.

La noche que os comunicaron la noticia de mí accidente (9-1-94) lo pasé muy mal, porque os vi sufrir mucho y no tenía medios para consolaros. Edu es muy fuerte, se ha hecho un hombre, ha madurado con el sufrimiento y estoy muy orgulloso de él, dile que lo echo mucho de menos y que lo quiero un montón.

Otro día muy difícil, creo que el que más, fue el (15-01-04) cuando os comunicaron mi muerte, pero ese día ya estaba yo a vuestro lado para cuidar de todos vosotros, aunque aun no tenía ni idea que hacer, lo único que intenté es que no os derrumbarais.

Cuando además de mi muerte os informaron de la opción de poder donar mis órganos, noté como miles de pensamientos se acumularon, a la vez, en vuestro celebro y que había que poner en orden en segundos, ya que no se podía esperar, se trataba de una decisión vital y urgente. No podéis imaginaros lo orgulloso que me sentí con la decisión que adoptasteis y más aun con la entereza que lo decidisteis, además cada día que va pasando estoy más orgulloso y sé que vosotros también, ya que así no he muerto, me he transformado en vida, estoy en los cuerpos de otras personas que si no hubiera sido por dicha decisión, habrían ido irreparablemente a la muerte. ¿Habrá algo más bonito y maravilloso que dar vida? Ese es el regalo más grande que se puede hacer.

Sé lo mal que lo habéis pasado y lo estáis pasando, sobre todo estas fechas tan señaladas, Navidad, Año Nuevo, mi cumpleaños, “¿ya tengo 23 años eh?”, Reyes… pero quiero que penséis siempre que estoy con vosotros, en cuerpo y alma, en cuerpo porque hay gente en el mundo que tienen parte de mí y en alma porque siempre estaré a vuestro lado. Si tuviera la oportunidad de nacer de nuevo me gustaría tener los mismos padres y el mismo hermano que he tenido, estoy muy feliz y orgulloso de vosotros.

Un besazo para todos de vuestro hijo.
Adrián.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *