Cuando se derramó el vaso de Pandora y se perdieron todas las cosas buenas de la vida, sólo quedó en el fondo la Esperanza. La Esperanza nace y se sustenta con levísimas motivaciones. Alimento cada día esas pequeñas razones de seguir adelante. La Esperanza es el mejor fertilizante del árbol de mi vida…
Eso, si decido que el árbol de mi vida crezca o decido que se estanque, se agoste y seque, porque tener esperanza también es sufrir decepciones y yo no puedo más. No tengo más capacidad de más decepciones en la vida y me aquieto y me limito a vegetar, no me apetece emprender nada, no tengo ganas ni energía. ¿Para qué? ¿Para que me lo quiten otra vez?
Estoy al borde de la abulia existencial, al borde del abismo….
Mas, la carita de mi niño de ocho años pidiéndome cada noche un cuento me enciende un porqué seguir adelante, arrastrándome, deslizándome en mis puras lagrimas…
Al otro lado del puente, casi derruido, sobre el que camino vacilante me llaman mis hijos, víctimas inocentes, y el amor de mi vida, reflejando en sus pupilas idéntica tristeza de nuestra perdida común. Debo seguir, decido continuar, ellos me llaman y construyo las piedras sobre las que camino ahora con paso firme y decidido, aunque a veces me tambaleo un poco. Sin embargo, ya tengo el puente construido hacia la esperanza de vivir con su amor.
29
Ene
