Fernando Ferreiro. Reflexiones

5 Jun

Fernando Ferreiro. Reflexiones

Reflexiones
Fernando Ferreiro, Septiembre 2006

Lo más maravilloso, la mayor alegría, la mayor felicidad y el mejor premio que le puede pasar a una persona es ser madre o padre,

es lo que te motiva para vivir esta vida, a partir de ese momento inicias un nuevo concepto de vivir, adquiere una responsabilidad, pero sin que represente un esfuerzo, por el contrario, es un estimulo para trabajar con mas ganas y poder aportar mejor calidad de vida a tu familia.

No tengo ninguna autoridad para hacer ningún tipo de recomendación a nadie, y mucho menos a los padres, porque posiblemente esto sea lo único que he escrito, digamos de forma más en serio en mi vida.

 

Soy una persona que ya está prejubilada desde hace ya cuatro años, obviamente con mucho mas tiempo que antes, especialmente para estar con mi familia y amigos y también para pensar y recordar cual ha sido mi trayectoria por esta vida.

Uno de estos últimos días de agosto, tendido y relajado en un sillón y mirando las estrellas de una noche magnifica, intentaba recordar los momentos agradables que he tenido en mi vida y me dio mucha pena ver que casi todos los recuerdos, estaban relacionados con el trabajo, es verdad que he disfrutado siempre con el trabajo que hacia y he tenido muchos recuerdos que serian envidiables para algunas personas, no todo el mundo trabaja en lo que le gusta.

 

Estas circunstancias de trabajar tanto y dedicar tanto tiempo a mi trabajo me ha dejado huellas con respecto a mi familia que nunca me las perdonaré, he manejado a mi familia egoístamente, la he desplazado de provincia en función de mi trayectoria profesional“de forma egoísta” sin mirar las consecuencias, de dejar la familia los amigos mi casa y tener que empezar de nuevo en otra ciudad.

Mi trabajo también me ha marcado en cuanto a que he cometido errores que no se como me lo ha perdonado mi familia, yo he llegado a dejar a mi hijo de cuatro años en un quirófano, porque perdía un avión para ir a mi trabajo en Barcelona, también he dejado a mi hija en otro quirófano y yo estaba fuera de España y a mi santa mujer la de días que la he dejado sola enfrentándose con todos los problemas de mi familia.

Os cuento todo esto porque se debe reflexionar al respecto, a mi edad y para colmo de mi desgracia he perdido una hija con 33 años a causa de un infarto. Esto nos cambia la vida en todos los aspectos ya no eres la misma persona, ya no ves las cosas como las veía, ya no sonríes como lo hacías ante, ves la vida con otra filosofía. Es por eso que cuando yo quise recordar mis mejores momentos y todo estaba relacionado con el trabajo, me dio autentica pena, pues mis recuerdos, en los que participaban mis hijos no eran lo suficiente, pretendo decir que dedicarle el máximo tiempo posible a los hijos y tu familia es lo que te llenará de satisfacción cuan seas mayor como yo.

 

Fernando

Septiembre 2006

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *