MARTA: Mi hijo
Hoy 2 de diciembre hace 2 años que a mi niño lo metieron en la UCI, 2 semanas después lo perdí, a 8 días de la nochebuena de 2006. Ahora que se van a cumplir 2 años me gustaría contar mi/su historia.
En enero de 2004, después de años de tratamientos a fin de quedarme embarazada y de ser diagnosticada de menopausia precoz con 29 años, de golpe y porrazo sin que nadie se explicase cómo, quedo embarazada. El primer mes no nos lo podíamos creer, era imposible que yo me quedara embarazada, pues no solo yo tenía problemas, también mi marido, y sin embargo ocurrió.No os podeis imaginar el miedo que nos entró en ese momento a los 2, temíamos perderlo después del «milagro» y de la cantidad de tiempo que llevabámos esperando celebrar un embarazo.
A las 15 semanas de embarazo, en una de las revisiones, el ginecólogo vió que nuestro niño, además de ser varón, presentaba 2 marcadores que eran signo de malformaciones cromosómicas como el síndrome de down, nos dijo que los bebés que tenían lo que el mío, tenían un 98% de posibilidades de nacer con el síndrome, que todavía estaba en el plazo legal para hacerme una amniocentesis y si queríamos abortar, lo podíamos hacer antes de las 22 semanas, que nos fuéramos a casa a pensarlo y volviéramos a la semana a fin de comunicarle nuestra decisión.
Como bien podéis imaginar la decisión ya estaba tomada, mi niño nacería. No creáis que la noticia supuso para nosotros un disgusto, era tan fuerte nuestro deseo de ser padres, que pocas cosas podían perturbarlo. A pesar de todo, decidimos no decir nada a nadie, no queríamos presiones, ni discursos, ni opiniones que no fueran las nuestras. En aquel momento dejé mi trabajo y me dediqué por entero a mi embarazo, no quería que existiesen condiciones externas que pudieran traer problemas, si algo ocurría no quería tener la más mínima duda de que yo por mi parte pondría todo mi empeño en que el embarazo acabara bien. Y acabó bien, de la mejor forma del mundo, el 11 de octubre de 2004, después de una parto natural nació mi Pepe, era el niño más bonito y gordo del mundo, 3 kilos y medio de bebé down, no es pasión de madre pero jamás he visto uno como él, nos pasamos al menos 3 días su padre y yo mirándolo y remirándolo, íntentando barrer pa dentro a ver cual de los 2 sacaba más parecidos, por supuesto mi pepón era clavado a su madre…..
Una semana después de nacer Pepe, de repente dejó de comer y tenía un poquito de fiebre, corriendo lo llevamos al hospital, lo ingresaron, le hicieron pruebas y acabaron diagnosticándole una enfermedad genética, la enfermedad de Hixprum (no se escribe así pero para abreviar lo pongo como se pronuncia). Pepe se llevó en aquella ocasión 2 semanas en la UCI, los médicos nos decían que estaba muy grave, que al no haberlo tratado desde que nació, en aquel momento estaba sufriendo una enterocolitis aguda y que no sabían cómo acabaría. Sin embargo mi campeón salió de aquello, y con casi un mes de vida lo volvía a tener en casa.
De aquel Hospital, me derivaron a otro de mi ciudad, que supongo que todos conocereis muy bien, el Hospital Infantil Virgen del Rocío de Sevilla, dónde existe una unidad especializada en la enfermedad que Pepe padecía, allí nos enseñaron a tratarlo. Pepe no podía hacer caca porque había una parte de su intestino que no funcionaba, nosotros teníamos que sacársela todos los días a través de una sonda que le llegaba casi al inicio del intestino. Así nos llevamos los primeros 6 meses de su vida, con revisiones semanales, hasta que 5 días antes de cumplir 6 meses lo operaron, le cortaron el trozo que no funcionaba y le empalmaron el resto, mi niño en un mes estaba curado!.
A pesar de todo, cuando salió de la UCI, empezó con la estimulación, no tenía aún un mes de vida, mi gordito se llevó todo su primer año llorando cada vez que veía a Jesús (su estimulador). Jesús lo trataba 3 ó 4 veces a la semana, con lo que Pepe siguió el desarrollo de un niño como otro cualquiera, incluso con todo el tema de su operación no perdió mi niño el ritmo.
Cuando Pepe cumplió un año, decidimos que tenía que tener un hermano, a nosotros nos bastaba y nos sobraba con él, pero entendíamos que él tenía que tener un hermano en el que apoyarse y que le ayudase toda su vida. Empezamos de nuevo con los tratamientos, pero esta vez no hubo suerte, así que decidimos comenzar con el proceso de adopciones internacionales. Decidimos ir a por una chinita, porque así entre ellos se podrían hasta parecer (yo a él le llamaba muchas veces mi chinito, por sus ojos rasgados). ASí que comenzamos con la idoneidad y la pasamos en septiembre de 2006. REcuerdo aquella época como la más feliz de mi vida, mi Pepón ya estaba bien, y a punto de cumplir los 2 años!! joder!.. lo que nos había costado llegar, pero lo conseguimos!!, yo hasta empecé a buscar trabajo porque consideramos que ya podía yo continuar con mi vida laboral
Hay muchos detalles que voy a obviar porque ya estoy siendo demasiado extensa, Pepe empezó la guardería en septiembre, y de repente el día 24 de noviembre al levantarse, lo noté fatal, falto de respiración (él había tenido muchas bronquitis así que no era la primera vez que yo lo veía así). Llamé a mi marido y los dos nos fuimos al Hospital. Ese día empezó un via crucis que aún sigue a día de hoy. No puedo aún contar todos los detalles que rodearon su muerte, solo puede continuar diciendo que 3 semanas después de aquel día, concretamente el 16 de diciembre mi niño murió, yo no me lo podía creer, de hecho, aunque lo intuía mi mente no quería pensarlo, hasta el último momento mantuve la esperanza de que saliera adelante, sin embargo no fué así. Mi gordito, mi único hijo, la materialización viva de todos mis deseos de ser madre, mi hijo perfecto, mi sangre, mi cuerpo, mi vida, mi lucero, mi campeón, mi corazón entero…. mi chinito….., me quedé muda, no podía hablar, ni escuchar, ni ver ni sentir, sólo podía llorar, jamás en mi vida he sentido dolor igual, físico y emocional. Sólo decir que el día 18 de diciembre, 2 días después, me llamaron de la Delegación para decirme que a causa de la muerte de mi hijo, la adopción se paralizaba, y que la idoneidad se revocaba, por el plazo mínimo de 1 año.
Esto está siendo ya demasiado largo, pero ya acabo, lo siento por quien lo esté leyendo, pero necesito escribir todo esto. Al mes de morir mi chico, mi ginecólogo me reprometió que haría todo lo posible por volver a dejarme embarazada (que mal suena eso, verdad?) a base de tratamiento. Nosotros no teníamos esperanzas pero tampoco teníamos nada que perder, ya lo habíamos perdido todo. A los dos meses de perder a mi hijo, y después de una sola FIV, me quedé embaraza. Cuando llamé a mis amigas y familia para darles la noticia, se llevaron llorando de pena y de alegría a la vez todo aquel día. Todavía fué más sorpresa saber, 24 días después de conocer la noticia de mi embarazo, que llevaba 2!!, mellizos, bueno mellizas, pues aunque en aquel momento no lo sabía, eran 2 nenas.
El 19 de cotubre de 2007, 10 meses y 3 días después de lo de mi niño, nacieron sus hermanas, Marta y Elena, 2 bebés feísimos que ahora mismo con 14 meses por cumplir son 2 muñequitas. Al principio fué horrible, las veía como 2 extrañas usurpando su sitio, su habitación, sus cosas, sus juguetes, sus padres, su casa, no las quería, pensaba que habíamos cometido una error gravísimo, lo pasamos fatal, creo que incluso peor que en los primeros meses después de la muerte de Pepe, pensándolo mejor, en ningún m omento de ese año nos sentimos mejor, así que el nacimiento de las niñas fué un acontecimiento más, el tenerlas en casa era una demostración física de nuestro cambio de vida, y vaya mierda de vida…, no puedo describir todo lo que vivimos estos meses, porque no encuentro siquiera las palabras para plasmar tantos sentimientos contrapuestos.
Ahora se van a cumplir 2 años que perdí a Pepe, hay días que me sorprendo cabreádisima, otros días tristísimas, otros días me ensimismo tanto en cualquier cosa para no pensar, que me olvido de casi todo. TEngo una amiga que está empeñadísima en que vaya a un sicólogo, no sé.., ya lo pensaré. Yo creo que no hay persona en el mundo que me pueda ayudar, porque la solución de mi vida sería volver a tener a Pepón en casa junto con sus hermanas, y eso nunca lo voy a vivir. Sí es cierto que me he acostumbrado a vivir sufriendo, el sufrimiento forma parte de mi vida cotidiana de tal forma, que ya muy poca gente lo nota, sólo el que de verdad me conoce.
He sido muy pesada, pero de verdad que necesitaba escribir ésto.
Un abrazo enorme a todas las madres
MARTA
Sevilla 2 de Diciembre 2008